Jugando a ser otra

Tras unas merecidas vacaciones en las que no hacer nada más que pasear y ver series ha presidido estas dos semanas, toca volver no sólo a la rutina laboral y opositeril, sino también al blog y lo hago con el estreno de una nueva serie en ABC Family (sí, a estas alturas de verano…). No hay duda de que la cadena tiene otro éxito en las manos. En primer lugar, porque viene precedida de estar basada en unos libros de la misma autora que Pretty Little Liars, Sara Shepard. Y en segundo, porque cuenta todos los ingredientes para ser una buena serie veraniega.

The Lying Game tiene una premisa bastante conocida: dos hermanas gemelas son adoptadas por familias diferentes, una pobre (Emma) y otra rica (Sutton). Las dos chicas se conocen en Internet y a raíz de una serie de circunstancias, deciden cambiarse la identidad por un par de días. Sutton se marcha a buscar a sus padres biológicos, mientras que Emma se hace pasar por Sutton para que nadie note la ausencia. Sin embargo, todo cambia cuando la verdadera Sutton no vuelve tal y como habían acordado y se suceden una serie de hechos que harán peligrar muchas cosas.

No nos engañemos. En sí, la serie es mala. Alexandro Chando interpreta a las dos hermanas; sin embargo, no consigue darles matices diferentes (Nina Droved tampoco, pero lo hace mucho mejor en The Vampire Diaries). Pero donde las interpretaciones alcanzan un nivel horripilante es en el lado masculino, especialmente el novio oficial (el otro chico de la serie le tengo manía desde 90210, en la que interpretaba a Oscar, así que mi visión de él tampoco es buena). Pero las chicas (en la que se incluye a la actriz que interpretaba a la novia de Kyle XY) tampoco se quedan atrás. La utilización de la música, tanto por la elección como por el momento, es bastante pésima, lo cual es de extrañar ya que generalmente en las series teen suelen acertar bastante con esto. Y por supuesto que el guión no es sesudo y profundo. Quizás fue un poco apresurado en contar la historia (poco se dice por ejemplo de cómo se conocieron por Internet -¿se seguirían por Twitter o por Facebook?), pero todo porque lo que interesa es lo que ocurrirá a partir del intercambio. Y es aquí donde el piloto tiene su peor tropiezo: no supo presentar de una forma adecuada el misterio.

Pero a pesar de todo lo negativo que podamos decir de la serie, el capítulo resultó entretenido, quizás fundamentalmente porque soy amante de los clichés adolescentes. No está a la altura de las zorrupias (ni creo que lo esté con el paso de los capítulos) y todo lo negativo es además lo que provoca que te engancha porque se trata de una serie ligera, para no gastar neuronas y que es entretenida para las tardes calurosas del verano. Además hay que tener en cuenta que Pretty Little Liars se va de vacaciones hasta el próximo enero y viene bien tener un sustituto veraniego. No obstante, también soy sincera y en el caso de que deje de ser entretenida y de cumplir su misión de “pasa-ratos” o de qué no sepan mejorar el misterio, no tendré reparos en abandonarla.