Las series de profesiones han estado, están y estarán siempre presentes, especialmente policías, médicos y bomberos. Cada año siempre cae alguna nueva de este género y concretamente del último grupo, la novata es Chicago Fire. Se acerca a la vida de dos grupos de bomberos de una estación de Chicago, capitaneados por tenientes enfrentados entre sí ya que están constantemente echándose en cara los fallos. Junto a ellos, dos paramédicos que también tendrán que lidiar con diversas dificultades. El piloto comienza con la muerte de un compañero y cómo eso afecta a los protagonistas.
NBC quiere plantear un drama que pretende enfocar la dura realidad de los bomberos, su complicada experiencia con la muerte y lo que ello repercute en su vida. Sin embargo, no hay que olvidar que esto es televisión y que por tanto el show debe ser entretenido y que a veces hay que pecar de explosividad, Así, los incendios y rescates resultan poco llamativos y contienen muy poca acción, lo cual hace que no capten mucho la atención. Cierto es que estamos en crisis y se nota la austeridad, pero por eso es hora de que los productores sean imaginativos en este tipo de series.
La serie no sólo se centra en la clásica resolución de este tipo de series: reciben llamada, van al lugar, la cosa se complica, se resuelve y vuelta a empezar, sino que acuden al clásico equilibrio entre la vida profesional y personal de los protagonistas y como es obvio, ésta última no sera completamente perfecta y cada uno de los bomberos tiene que lidiar con sus propios demonios familiares. Todo muy de libro y sin grandes ganas de innovar: triángulos amorosos, problemas con las ex-mujeres, problemas económicos... Es hora de que le den un poco a la imaginación y nos den algo nuevo. Por otro lado, que sea un drama no significa que todo tenga que ser triste y apesadumbrado. Estaría bien encontrar a un bombero protagonista que le fuese bien la vida (al menos de partida) e, incluso, optimistas que parece que brillan por su ausencia en este tipo de series profesionales.
Cuenta con múltiples caras conocidas, pero ninguna de ellas me ha resultado creíble. Se obligan tanto a mantener un carácter duro e intransigente que resultan por tanto muy forzados sus papeles, especialmente una de los paramédicos, Lauren German, y uno de los bomberos, Jesse Spencer.
En conclusión, una serie que poco aporta y que ya hemos visto tantas veces, así que resulta algo cansina. Por eso viendo la poca repercusión que está teniendo y que la espada de la cancelación sobrevuela sobre su cabeza, yo apago este fuego definitivamente.
2 comentarios:
A mi el piloto me pareció bien hecho, pero no innova nada, y es cierto que se nota la crisis en las escenas de acción.
Me parecieron poco espectaculares y no sólo a medios, sino también incluso a la forma de rodarlas. No creo que nos perdamos nada.
Saludicos.
Publicar un comentario