Adoro las series de TV. El ritmo lento de la historia y rápida de los capítulos. Sin menospreciar a las películas (otra de mis adicciones), las series han ido ocupando un papel importante en mi vida. Últimamente salgo poco de casa: el tema económico me lo impide en gran medida; también mi salud, he tenido que guardar reposo durante algún tiempo... Pero gracias a ello, disfruto de ese enganche que te proporciona querer saber antes que nadie qué va a ocurrir en el próximo capítulo. He de admitir que me cuesta esperar hasta la siguiente emisión y nada más acabar el capítulo, acudo rauda y veloz a internet a leer spoliers. Lo siento, no me fastidia que otros me cuenten que va a ocurrir (jajaja).
Lo curioso es que he llegado a un punto tal que me da igual el tipo de serie de que se trate. Mientras tenga una historia aceptable, unos guiones adecuados y unos personajes llamativos, ya estoy yo viéndola. Cierto es que tengo mis favoritas e, incluso, mis pestiños; pero soy capaz de engancharme a series de lo más variopinto: comedias, dramas, juveniles, policiales, judiciales, de hospitales... Pero no sólo en la temática, sino también en su procedencia: norteamericanas, españolas, japonesas, inglesas, mexicanas...
Así me encuentro: con un enganche total a las series de TV... Y lo bien que me lo paso viendo las vidas de otros!!!
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