Lluvia de ideas: Lost 6x15

(OjO: con spoilers y desvaríos del Lost 6x15: Across the sea)

 

Me gusta mucho la lluvia, pero tantos días con ella al final me cansa. Mi cuerpo y mi mente también piden un poco de sol para revitalizar, para coger energías. Después de la lluvia, dicen que sale el sol; sin embargo, estoy empezando a desconfiar de esta máxima. Estaba siendo muy optimista con la 6T de Lost. En mayor o menor medida, me estaba gustando... hasta hoy. Mi interés en la serie se basaba en primer lugar, en que era una serie filosófica, como ya he dicho en múltiples ocasiones -por ejemplo, al principio de la sexta temporada o cuando me declaré de la tribu de los filosóficos-. Todas las series en el fondo hablan del mal y del bien, pero ninguna había llegado a conectar con ideas metafísicas y eso era algo que adoraba. Luego como no, estaba el plano aventurero, las tramas de los losties, que también me gustaba mucho. Nunca he esperado que me diesen una solución categórica acerca de las grandes ideas del universo, de la vida, de la muerte. Me bastaba con que se mojasen un poco. Sí, eso era lo que esperaba que se mojasen. Pero mi gozo en un pozo. En el gran capítulo mitológico, han pasado con puntillas. ¿Tanta comedura de coco para esto? (eso es lo que decía mi tweet). Ya no sé si coger paraguas, chubasquero o chancletas, qué más da. Veamos por qué no me ha gustado este capítulo.

- En el 6x15, no hemos tenido la presencia de ninguno de los losties. Ni realidad alternativa, ni realidad isleña. Nunca pensé que las echaría tanto de menos. Pero así ha sido.

- El episodio se centra en la historia de Jacob y ... manda narices que no hayan sido capaces de bautizarlo así que lo llamaremos el hermano de Jacob para no incurrir en errores. A la isla llega una mujer embarazada que se topa con otra mujer. Muy sabios aquí los guionistas con la frase cada pregunta que responda conducirá a más preguntas, así zanjan cualquier pregunta sobre la extraña mujer. A mi entender lleva tiempos inmemorables en la isla y su misión es cuidar de una luz, pero no nos adelantemos. La mujer embarazada cuyo nombre es Claudia se pone de parto y le asiste la otra mujer. Nacerán dos niños: uno rubio y otro moreno. La otra mujer decide al ver a los dos niños matar a la madre -cosa que ya me imaginaba- así que a partir de ahora la llamaremos la Madre. 

Ya desde niños se ven las diferencias entre Jacob y su hermano tanto en las vestimentas como en la forma de ser, en la que influye mucho la Madre.A los 13 años, encuentran un juego egipcio, el Senet, juego de fichas blancas y negras dejadas por la Madre. Las reglas del juego se las va inventando sobre la marcha el hermano de Jacob que además le dice a Jacob que no le diga nada a su madre porque teme que les quitará el juego. Sin embargo, Jacob, más bueno que el pan, no puede mentir a su madre así que le confiesa la existencia del juego. La Madre va a hablar con él y le dice que no se preocupe que ella lo había dejado allí. En la conversación, además la Madre le dice que no hay nada más allá y se lo cree. Aún así, cuando ven a un grupo de hombres, las sospechas empiezan a brotar. Es entonces cuando La Madre les enseña lo que se supone que iba a cambiar el rumbo de la historia. Les conduce con los ojos cerrados -¿para qué? ¿no se fía de sus hijos?- a una fuente con una luz intensa. Dicha luz es el corazón de la isla, la vida, la muerte... Vale, sí, eso ya lo sabía. En cualquier caso, es lo que hay que proteger.

A los días, el hermano de Jacob ve a Claudia, a su madre biológica, que le cuenta la verdad. Me parece chocante que sólo la vea él y no Jacob. Quienes pueden ver muertos es todo un misterio, porque es tanto el hermano de Jacob, AntiLocke, Hugo y Miles, aunque si no recuerdo mal Sawyer también vio al niño rubio, ¿no? El hermano de Jacob ya con ganas de descubrir mundo decide marcharse con los hombres, mientras que Jacob se queda con su madre.

Pasan 30 años (o sea, que los hermanitos tienen 43 años -vaya, no son 42 que es uno de los números, ¿fallo de guionistas o que ya es rizar el rizo demasiado?), los hermanos siguen viéndose y jugando al Senet. En una de sus  partidas, el hermano de Jacob le cuenta que los humanos son codiciosos, manipuladores,  rencororos...  y que su único interés es que son el medio para escapar de la isla; en cambio, Jacob piensa que son buenos , aunque sea en la distancia. Seguidamente, la Madre visita al hermano de Jacob. Éste le cuenta que ha estado buscando la luz y que se ha dado cuenta de que puede haber otros focos en el suelo y cree haber encontrado uno en el pozo, donde hay por cierto una rueda. Entonces va la Madre y lo empuja contra la pared para dejarlo noqueado (alucino con la facilidad que tienen de noquear a la gente con un golpe en la cabeza). Lo saca a la superficie, bloquea el pozo y mata al resto de la gente. ¿Y ésta es la que pide a sus hijos que sean buenos? Menuda escala de valores. Aunque claro aquí se plantea la clásica duda de si el fin justifica los medios. A ojos de la Madre parece que sí.

La Madre se lleva a Jacob hasta la fuente y le dice que ahora es él encargado de protegerla, a lo cual Jacob le contesta, que claro como es el único que queda, no tiene más remedio. Le ofrece un vaso de vino de la misma botella que vimos en anteriores episodios y habiándola bendecido o embrujado. Le advierte que en determinado momento tendrá que buscar un candidato y esto es lo que conecta con la historia que hemos visto a lo largo de seis temporadas.

Y llegamos al final del capítulo. El hermano de Jacob se despierta y descubre todo el mal que ha echo su madre así que va a su casa y la mata. Jacob llega y descubre el percal así que le pega una paliza a su hermano llevándoselo a la fuente. Ahí le golpea con una piedra (hala, otra vez noquedo) y lo deja discurrir por el arroyo hasta llegar a la luz. Es entonces cuando sale el Humo Negro arrasando con todo lo que puede. Si hubiese entrado alguien sin delitos de sangre, ¿hubiese liberado el bien? ¿Es el Humo Negro la personificación del rencor? Porque siempre que aparece hay rencor en el fondo... Después vemos al hermano de Jacob en la selva y lo recoge Jacob para llevarselo a la cueva. Ahí lo coloca al lado de su madre junto con una bolsa con las dos piezas blanca y negra.

- Este capítulo ha dado respuestas a dos preguntas. Por un lado, ya sabemos quienes eran los Adan y Eva de la cueva: el hermano de Jacob y la Madre. A mí, esta pregunta no era necesario responderla. Simple curiosidad, además siempre había pensado que era Bernard y Rose. Ahora bien, esto plantea otras preguntas: cuando vemos hablar a Jacob y su hermano en episodios anteriores como en el 6x09, ¿es en una de sus reuniones secretas? ¿O el hombre moreno era la personificación del Humo Negro en el cuerpo de su hermano porque ambos quieren salir de la isla? ¿Qué ha echo durante todos esos miles de años Jacob solo en la isla? La otra cuestión, no tan baladí como la primera, es el nacimiento del Humo Negro. Si entra rencor, sale rencor. Habrá que reflexionar sobre este punto.

En definitiva, era necesario un capítulo que contase la historia de Jacob, pero quizás hacerlo tan lento y con una historia tan aburrida, ha echo que más de uno, yo la primera, perdamos la ilusión. Me ha roto bastante los esquemas. Esperaba alguna discusión más acerca del bien, del mal, por qué existen. Pero nada de eso, un simple si la luz se apaga, se apaga en todas partes y punto pelota. Por otro lado, aunque nada es 100% bueno ni 100% malo, realmente Jacob no quiere que se expanda el Humo negro porque confíe en la bondad de las personas, sino porque se siente culpable de la muerte de su hermano, así que colocamos otra pieza más en el juego: la culpabilidad. Menuda desilusión. Vale, eso le hace más humano, pero también menos interesante. Cada vez estoy más segura que la trama material la cerrarán de alguna manera (o de tres para que la gente esté contenta), pero que será más díficil encajar las piezas de la filosofía... Quizás con el paso del tiempo y reflexionando todo en su conjunto, consiga extraer teorías más completas sobre que es el por qué  de su historia, pero de momento, lo único cierto es que estoy enfadada de cómo están llevando las cosas.