Las primeras impresiones no suelen ser acertadas y Damages es una clara muestra de ello. No es sólo un drama legal, es un thriller en toda regla. La serie aporta todos los ingredientes para engancharte: intrigas, falsas apariencias, asesinatos, juicios... Es más, trata de la moralidad de lograr algo bueno y justo con tretas y artimañas.
La primera temporada fue magistral. Ya antes de visionarla sabía que me iba a gustar porque era un drama legal (ya sabéis mi debilidad por ellos) y porque en ella participaba Glenn, Close, una actriz sobresaliente (me hizo adorar a uno de los personajes más crueles de la historia para los amantes de los animales, Cruella de Vil). Tras terminar de verla, mi impresión se afianzó. Con sólo una temporada había conseguido meterse en la lista de mis 10 mejores series de la década (tan de moda últimamente) y todo por dos motivos fundamentalmente. El primero de ellos es que cuenta con un guión extraordinario, muy inteligente no recomendado para aquellos que quieran cosas sencillas y pasables. Su estructura no es lineal, es decir, no cuenta una historia de principio a fin, sino que comienza con el final y da saltos hacia delante y atrás. El segundo motivo es la propia Glenn Close, pero además va acompañada de un elenco de actores que realizaron un trabajo impresionante. Me reconcilié con Ted Danson, tras la aburrida Becker. Pero no es el único que realiza un excelente trabajo de interpretación, sino que todos ellos
Con estas premisas era díficil afrontar la segunda temporada que continua con las vidas de Patty Hewes (Glenn Close) y su ambiciosa y brillante protegida, Ellen Parsons (Rose Bynre) tras haber ganado el caso del multimillonario Frobisher (Ted Danson). Patty no encuentra interés en ninguno de los casos hasta que llega un misterioso hombre de su pasado (William Hurt) que le pide ayuda con el asesinato de su mujer. Lo que comenzará como un simple asesinato terminará afectando a las más altas esferas de la sociedad; mientras que Ellen busca venganza por el asesinato de su novio, que fue el leitmotiv de la primera temporada, por lo que se convertirá en informante del FBI para hundir a Patty.
En la balanza, la segunda temporada de Damages no ha conseguido un peso importante, pero eso no quiere decir no sea buena. Las expectativas que generó la primera temporada eran demasiado altas así que superarla era una ardua tarea, igualarla casi que también; pero me alegra haber visto algo muy cercano a la maravilla de la primera. La segunda tanda sigue siendo muy intensa con un juego muy inteligente de narrar la historia alrededor de las intrigas, aunque cierto es que el caso del producto tóxico era un tema díficil de comprender para muchos. En algunos capítulos, abusan de los flashforward, por lo que si pierdes algo de atención, es muy posible que no te cosques de nada. Por otro lado, la aparición de Ted Danson quizás también ha sido algo forzado. También se ha introducido una bonita historia de amor entre Ellen y Wes.
Una de las señas de identidad de la serie es que nada es lo que parece. El montaje está tan bien echo que te hace pensar cosas para luego darles la vuelta. Los últimos 15 minutos de la serie son de colección. En el inicio y final de cada episodio nos avanzaban una toma en la que veíamos a Ellen apuntando con una pistola a Patty y a ella herida en el ascensor; así que era lógico pensar que mataría a Patty, pero la realidad era otra. Patty descubre que Ellen es la infiltrada del FBI para buscar prubas. En el famoso encuentro entre las dos, Ellen no la mata, sino que dispara al ordenador donde está instalada la cámara y consegui obtener la verdad de que Ellen la intentó asesinar. Finalmente descubrimos que Patty había sido herdia con arma blanca en el ascensor. Pero hay no acaba la cosa, se desvela que Patty con ayuda de Tom contacta con U.S.Marshalls para desenmascarar que la investigación era corrupta. Así neutraliza las acciones del FBI, sale indemne y libra a Ellen del intento de soborno. Las dos se recuperarán de sus historias para enfrentarse seguro a otro interesante caso en la 3 temporada.
En conclusión, aunque no alcance la excelencia de la primera temporada, la segunda es magnífica. Podemos afirmar que estamos ante una de las mejore series, no sólo de la última década, sino también de todos los tiempos. Es necesario ver todos los capítulos para poder emitir un juicio acertado, ya que como he dicho, las primeras impresiones no valen. Es una serie soprendente, brillante que no dejará a nadie indiferente.
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