Terriers viene con el slogan "Demasiado pequeño para fracasar". Sin embargo, es todo lo contrario. Su primera temporada ha sido muy grande y aunque no haya durado más que trece episodios, no podemos hablar de fracaso. La grandeza de una serie no se mide en audiencia o en dinero, sino en lo que te reporta y esta serie consigue que disfrutes mucho. No obstante, si podemos hablar que no ha sido un éxito de público, ya que cada capítulo tenía una audiencia paupérrima lo que ha llevado a la cadena FX a no renovarla por una segunda temporada.
Son dos los problemas básicamente a los que podemos reconducir esa falta de apoyo de los telespectadores. El primero de ellos viene ocasionado por el título elegido. Según han intentado explicar, el título está destinado a explicar las características de los personajes principales (pequeños, pero con un carácter decidido, enérgico e inquieto). Sin embargo, como ha reconocido su productor ejecutivo, Ryan, pudo haber ocasionado más una barrera para los telespectadores que una atracción. El segundo es cómo se han vendido. Viviendo en una sociedad en la que la primera imagen es la que cuenta, los primeros anuncios que llegaron en verano provocaron más confusión que ilusión por ver una nueva serie. Incluso, el slogan elegido daba muestras de la poca confianza (o de la precaución) que mostraban hacia su serie. Todo ello ha hecho que seamos muy pocos los que nos hayamos atrevido a darle una oportunidad. Ahora bien, una vez que se la has dado, es muy difícil que no te acabe atrapando, siempre que superes su comienzo algo irregular. Pero una vez que te has adentrado en ella, es difícil que pares de verla.
¿Drama? ¿Comedia? ¿Serial? ¿Procedimental? Alejados como estamos cada vez más de encasillar a las series en una única categoría, uno de los puntos fuertes de la serie es precisamente ése: es todo y nada a la vez. Sabe combinar magistralmente todas las categorías hilando con sabiduría las historias personales con los casos a resolver desde una perspectiva cómica con toques dramáticos o viceversa. En cada episodio, los problemas sociales ayudaban a reflejar la personalidad de los detectives porque dichos asuntos son los cotidianos: un matrimonio destrozado por una enfermedad terminar, una prostituta que no obtiene ayuda porque es travesti... sacando a relucir emociones y opinones de la pareja provocando que empatices con ellos. Pero junto a estas historias, se va armando una de fondo, la vinculación de la muerte de uno de los amigos de Hank a una parcela de tierra, para al final cerrar todo el círculo de una forma estupenda. Si hay algo en común a todas las tramas es que cada acción tiene sus consecuencias, buenas y malas, lo cual influye en la identidad de los personajes.
Además de todo ello, lo que hace a Terriers totalmente adictiva es ese vínculo entre Hank y Britt, la pareja protagonista. Tienen una química fantástica ya que Donal Logue y Micheal Raymond- James son amigos en la vida real y eso ha traspasado la pantalla. En la serie, son algo más que amigos, son familia. Comparten ilusiones, miedos, alegrías, problemas y ante todo, se quieren y se respetan. Pero la química va más allá de los protagonistas. Junto a ellos, los papeles femeninos consiguen encadilar a cualquiera. Sus interereses amorosos, interpretadas por Laura Allen y Kimberly Quinn, contribuyen a hacer más redonda la serie. Las relaciones planteadas evolucionan con mucha naturalidad y eso se logra con un buen guión detrás porque otro de los puntos fuertes de la serie son las fantásticos diálogos que ofrecen, rápidos, imaginativos y bien construídos.
¿Drama? ¿Comedia? ¿Serial? ¿Procedimental? Alejados como estamos cada vez más de encasillar a las series en una única categoría, uno de los puntos fuertes de la serie es precisamente ése: es todo y nada a la vez. Sabe combinar magistralmente todas las categorías hilando con sabiduría las historias personales con los casos a resolver desde una perspectiva cómica con toques dramáticos o viceversa. En cada episodio, los problemas sociales ayudaban a reflejar la personalidad de los detectives porque dichos asuntos son los cotidianos: un matrimonio destrozado por una enfermedad terminar, una prostituta que no obtiene ayuda porque es travesti... sacando a relucir emociones y opinones de la pareja provocando que empatices con ellos. Pero junto a estas historias, se va armando una de fondo, la vinculación de la muerte de uno de los amigos de Hank a una parcela de tierra, para al final cerrar todo el círculo de una forma estupenda. Si hay algo en común a todas las tramas es que cada acción tiene sus consecuencias, buenas y malas, lo cual influye en la identidad de los personajes.
Además de todo ello, lo que hace a Terriers totalmente adictiva es ese vínculo entre Hank y Britt, la pareja protagonista. Tienen una química fantástica ya que Donal Logue y Micheal Raymond- James son amigos en la vida real y eso ha traspasado la pantalla. En la serie, son algo más que amigos, son familia. Comparten ilusiones, miedos, alegrías, problemas y ante todo, se quieren y se respetan. Pero la química va más allá de los protagonistas. Junto a ellos, los papeles femeninos consiguen encadilar a cualquiera. Sus interereses amorosos, interpretadas por Laura Allen y Kimberly Quinn, contribuyen a hacer más redonda la serie. Las relaciones planteadas evolucionan con mucha naturalidad y eso se logra con un buen guión detrás porque otro de los puntos fuertes de la serie son las fantásticos diálogos que ofrecen, rápidos, imaginativos y bien construídos.
La serie ha sabido ir creciendo poco a poco superándose y haciendo que te enganches a Hank y Britt irremediablemente. Sin embargo, como decíamos, la historia de ellos se corta tristemente en el décimotercer capítulo. Aunque con final cerrado, la pregunta que plantean puede dar a largas e interesantes discusiones entre los amantes de Terriers. Una corta temporada, pero muy grande que desde luego en ese sentido no ha sido un fracaso. Al contrario, ha logrado cautivarme.
4 comentarios:
Su comienzo y promoción lastraron a la serie, que al principio no me convencía y que solo sus dos protagonistas y Ocean Beach me agarraron para seguir con ella, menos mal porque ha acabado siendo una gran... "miniserie", porque el final me ha gustado.
Sus comienzos fueron titubeantes, pero es que luego hay ido a más y se ha convertido en uno de los mejores estrenos. Es una pequeña joyita que nadie debería perderse.
El que la hayan cancelado no me ha restado ni un ápice de ganas de verla. Post como el tuyo hacen que la serie esté más viva que nunca.
- satrian: Sea por un motivo o por otro por lo que la siguieramos viendo, hemos difrutado mucho de ella.
- martinyfelix: exacto es una pequeña joyita que no me cansaré de recomendar.
- Watanabe: sí, me han parecido tan geniales los 13 capítulos que siempre diré que hay que verlos.
Saludicos.
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