Ésta es perfectamente la frase que resume cualquier serie teen desde Melrose Place pasando por Gossip Girl y llegando a Física o Química, por poner tres ejemplos. Los chicos y chicas de estas series se intercambian entre ellos cual cromos de los albumenes que teníamos de pequeños. Ahora estoy con uno y mañana te lo cambio por el tuyo. Si bien, en la vida real calificaríamos a ellas de zorras y a ellos de machos (¡ay! el machismo de nuestro idioma), adoramos ver los líos que se llevan en las series. Si cada x capítulos no has cambiado de novio/a, mala señal por lo que ya puedes ir pensando en robarle el novio/a a tu mejor amigo/a.
Soy una defensora a ultranza de este tipo de series, pero son muchos los detractores que las critican argumentando que frivolizan con el sexo y ello perjudica a nuestra juventud. Pero porque vea a Dexter no voy a ir matando así que porque vea 90210 no me voy a ir acostando primero con uno y luego con otro (ojo que si eres mayor y así lo decides tú, yo no tengo nada que decir). En relación a los adolescentes, la solución, una vez más, reside en la educación. La televisión no educa, entretiene y debe ir acompañada de conversación y reflexión. Se ha perdido esa gran costumbre española de cenar todos alrededor de la televisión y comentar lo que se ve. Mi madre aprovechaba los capítulos de las series para sacar temas que en otro momento sería díficil sacar (o que nosotros sus hijos huíriamos despavoridos - ¡por qué me saca esto ahora!). Todo es ficción y como ficción ahí debe estar. Si tienes unos valores y principios fuertes, no vas a cambiar por ver una serie de cualquier tipo. Cierto es que los adolescentes no los tienen, están en ese proceso de maduración en el que las hormonas mandan; pero por esa misma razón hay que llevarles por el buen camino. Es un esfuerzo de todos. Sin embargo, es más fácil dejarlo estar, quejarse y no hacer nada. Y ahí está exclusivamente la culpa de los adultos.
Pero dejando al margen esa discusión, me engancho con mucha facilidad a las series teen. Aunque la temática es la misma siempre: chicos y chicas guapos, alguno más feillo, pero gracioso, problemas de amor, drogas, alcohol... me dan lo que pido: algo fácil de ver, simple y con algún toque de humor o surrealismo así que ¿por qué les voy a exigir más? Es como si visito New York y espero encontrar ruinas como en Grecia. No lo siento, New York es una ciudad moderna con otro tipo de historia. Dicho de otro modo: cada serie tiene ingredientes que alimentan nuestras más variadas facetas y según nos llenen o no, las vemos. Ahora bien, puede ocurrir que si siempre estás comiendo lo mismo al final te canses, por eso es importante llevar una dieta variada.
Pero no todas las series teen, tienen como protagonista exclusivo al amor o al sexo. Hay otro tipo más suaves que no se centran tanto en los líos amorosos, aunque también estén. Pero no por ello pierden enganche. A veces también quieres algo de romanticismo y ver cómo la chica consigue al chico (no sin antes haber pasado mil obstáculos), que te cuenten cómo se superan a ellos mismos o consiguen ser la chica más popular del high school.
Por ello, dentro de la amplia categoría de series teen, debemos diferencias los distintos subtipos:
- Series teen centradas en sexo, alcohol y demás adicciones: Melrose Place, Gossip Girl, 90210, The Beautiful Life
- Series teen más blancas: 10 razones para odiarte, Make it o break it, The secret life of the american teeneger
- Series teen con toque diferente: The Vampire Diaries
- Series teen españolas: Al salir de clase, Física y Química, Compañeros, 18, HKM
- Series asiáticas: Hana Yori Dango
Éstas son sólo algunas propuestas y ejemplos ya que puede haber tantas como series. No obstante he decidido poner en categoría aparte las españolas ya que son díficiles de catalogar en el mismo plano que a las americanas. Y lo mismo ocurre con las asiáticas porque no se caracterizan por el sexo, sino que son series románticas en el que la historia gira entorno a que la chica conseguirá al chico y vivirán felices y comeran perdices.
En conclusión, me confieso seguidora de las series teen, aunque es posible que cumplir años me haga verlas desde una perspectiva diferente. Pero hasta que llegue ese momento seguiré disfrutando con las historias de Blair, Annie o la próxima que llegue.
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