miércoles, 2 de diciembre de 2009

Protesto, señoría!!!

Desde que nació la televisión, las series han tratado infinidad de temas reflejando así los más variados aspectos de la vida. Uno de ellos son las leyes que son la base de nuestra sociedad y por eso han sido un tema interesante para ser tratado en las series de tv. Han intentado reflejar la vida de los juzgados pero desde todos los ángulos: crítico, divertido, serio... Reconozco mi debilidad por las series de abogados. En un principio, puede ser por deformación profesional (sí lo digo bien, por deformación y no formación), pero luego me he percatado que mi adicción a ellas comenzó mucho antes de empezar la carrera de Derecho. Pudiera ser que ya de pequeña pensará en ser abogado, pero lo cierto es que cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, mi respuesta era bastante clásica: maestra. De una forma u otra, las series de abogados son unas de mis predilecciones.

Hablar de todas ellas de forma generalizada es meterme en camisas de once varas porque cada una es de su padre y de su madre: hay dramas, comedias, sitcoms... Aunque sí hay un rasgo común a todas ellas: fiscales, abogados y jueces tienen una oratoria impresionante. ¿Quién no se ha sorprendido ante el dicurso del abogado defensor de un criminal hasta tal punto de convencerte -y eso que has visto en una escena anterior como le mataba-? Todos ellos podrán ser un desastre en sus vidas personales, no sabrán exteriorizar sentimientos, ahora bien cuando se trata de defender/acusar tienen argumentos para dar y tomar. Los abogados, especialmente los norteamericanos, son brillantes y geniales y con una gran base de datos que permite conocer todos los casos y sus fallos. Evidentemente esto es gracias al sistema judicial del otro lado del charco que permite esas licencias. Complicado sería en otros países como el español que funcionamos con leyes emanadas parlamentariamente. Por ello, generalmente salen perdiendo las series de abogados españoles ya que tienen más tecnicismo y menos show que las americanas.

Además este tipo de series suelen girar alrededor de la rama penal: asesinatos, lesiones, violaciones, robos... Nadie vería una serie de abogados en que los casos fuesen discrepancias en los contratos, patentes o similares. Vale, hay a veces en que las series muestran algún caso así, ¿pero qué engancha más algo técnico y duro de entender cómo podría ser el mundo mercantil o un homicidio? La imaginativa, en ocasiones, tiene que acudir a ramas del derecho diferentes, pero al final siempre acaban mostrando lo mismo. Así ocurre con Daños y Prejuicios (Damages) en que aunque en la primera temporada era un caso medioambiental, iba rodeado de asesinatos y robos. Los casos deben ser interesantes y para ello deben presentar un enigma a descubrir, con pistas falsas y una sorpresa final que capte la atención del telespectador.

En España, recuerdo que un profesor mencionaba Anilos de Oro como una serie que revolucionó en parte la televisión ya que Ana Diosdado e Imanol Arias trabajaban en un bufete especializado en divorcios (el divorcio en España se implantó en 1982 y la serie era de un año después). Años después se emitiría la famosa Turno de Oficio que tuvo una segunda parte. En la actualidad, también se han emitido series de abogados como Lex o Acusados.

He de reconocer que no he visto ninguna de ellas ya que generalmente no me han llamado la atención. En cambio, dame una nortemaricana y ahí estoy enganchada. La lista es interminable Ally McBeal, Boston Legal, Shark, El abogado, Fiscal Chase, JAG, El Guardián por citar algunas de las últimas. Todas ellas son procedimentales, es decir, que en cada capítulo mostraban un caso y lo resolvían. Sin embargo, una serie que me maravilló y en la que se mostraba un sólo caso fue Murder One. Era una serie que contaba con fascinantes personajes implicados en el caso desde el abogado defensor T. Hoffman y su equipo de expertos legales hasta testigos, jurados y medios de comunicación.

Uno de los motivos por los que no veo las series españoles es que al conocer la materia me enfado si no se ajusta a la realidad porque una cosa es que sea ficción y otra es que se salten a la torera muchas cosas. Una serie además de contar historias debe ser un reflejo de la sociedad así que aunque la imaginación es una buena herramienta siempre tiene que haber una conexión. Luego, no me extraña que haya gente que me pregunte si lo que ha visto en televisión es así. Y ojo, que no defiendo la Justicia Española, que tiene problemas y muchos, pero no los que generalmente se establecen en la televisión. Al margen de esta polémica y volviendo al tema que nos ocupa, supongo que el desconocimiento del Common Law - el derecho de allí-, me hace disfrutar mucho más de las series. Además hay que decir que este derecho permite un show mucho más interesante que la rígidez del Derecho.

He seguido, sigo y seguiré las series de abogados, porque disfruto al máximo de los discursos y de las exposiciones de abogados y fiscales, son pequeñas obras maestras que deleitan al telespectador. La última que espero incluir en la lista es The Good Wife, que se ha estrenado esta temporada recibiendo muy buenas valoraciones por parte de la comunidad (os aconsejo que leáis la crítica de Antara). Con los parones que vamos a sufrir ahora, ya la tengo programada para ese tiempo y creo que disfrutaré mucho de ella. Ya os contaré.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ohhh, muchas gracias por enlazarme, espero que no hayas leído los spoilers en mi post y que cuando ya superes el 1x09 me vayas a comentar si te recomendé mal.

A mí me encantan las series de abogados, porque me gusta el derecho, me gusta la constitución (me encantaba estudiarla) y soy un ser muy político. Si esto va unido a un drama bien escrito y una reflexión sobre la sociedad y sobre las personas, pues qué mejor.

Saludos

Anónimo dijo...

También a mi me gustan las series de abogados pero creo que... definitivamente me quedo con JAG, porque además de tener buenos casos, la historia de fondo de los protagonistas me enganchó de verdad, creo que no hay ningún capítulo de las 10 temporadas que no me haya visto por lo menos dos veces.

LiPooh dijo...

Antara: De nada. Bien es cierto que leí la parte de los espoilers por encima, pero tu introducción me convenció para verla ahora con los parones invernales. A mí también me gustó estudiar la Constitución y no así otras ramas como el financiero^^ . Ah gracias a tí por enlazarme en twitter.

Anónimo: Yo también soy una fiel seguidora de JAG y eso que no la he terminado de ver porque la televisión española es irrespetuosa y hace poco que me he embarcado en ver series en internet así que tengo pendiente ver la última. Pero prometo acabarla.