Los zombies han empezado a andar

(OjO: No son específicamente spoilers, pero a continuación he comentado el primer capítulo haciendo referencia a algunas escenas, así que si no has visto el capítulo, leelo bajo tu responsabilidad.)

Los estrenos de esta temporada han estado protagonizados por policías, abogados, familias y ¿zombies? Sí, quizás el estreno más esperado junto a Boardwalk Empire ha llegado ya a la pequeña pantalla. Generalmente los zombies se reservan para el cine, pero esta época dorada de la televisión ha conseguido que se preste atención a otro tipo de grupos menos vistos. El 31 de octubre, la noche de Halloween, fue la fecha elegida para estrenar The Walking Dead de la mano de la cadena AMC, que es la adaptación del cómic homónimo del artista Tony Moore y el escritor Robert Kirkman. Confieso no haber leído el cómic, pero al igual que ocurre con las adaptaciones literarias, lo importante en este caso es centrarse en el producto televisivo.

Si has visto alguna película de zombies, la historia no te puede resultar novedosa. La serie se centra en Rick Grimes, un sheriff que tras sufrir un disparo en acto de servicio entra en coma y se despierta un tiempo después en un mundo que ha sido invadido por zombies. Deberá lograr no sólo sobrevivir a los ataques de los zombies sino también encontrar a su mujer Lori y a su hijo Carl. También habrá un pequeño grupo de supervivientes integrado entre otros, por la familia de Rick y Shane, su compañero en la policía, que también intentarán sobrevivir y huír a Atlanta donde hay un campo de refugiados.

Sin duda, el piloto destaca por su apartado audiovisual. El tono y estilo lento va acorde con el inicio de la historia, sólo en los ataques de los zombies se aprecia cierta acción. Este estilo se consigue con largos silencios de los humanos, sólo aderezados con los sonidos ambientales. Ello va en detrimento del diálogo ya que el piloto destaca por los pocos que hay. Aunque con pocas frases podemos intuir cómo va el matrimonio de Rick o quién es la mujer que vaga en la calle, por ejemplo, sí echo en falta en algún momento un poco más de guión como cuando Rick se encuentra con Morgan Jones (Lennie James - Jericho) y su hijo Darío. Quizás es debido al shock de Rick de verse un pueblo totalmente diferente al que él recordaba y por eso no le avasalla a preguntas, pero aún así creo que en esa escena podían haberse esmerado un poco más. Otro de los aciertos es no haber colocado un colorido llamativo, sino que lo que predominan son los grises y verdes lo cual hace que te integres mejor en la historia. Estas imágenes sólo se rompen con el color rojo de la sangre porque no han sido tímidos en mostrarla ya que aquí cumplen con una de las reglas básicas de toda película de zombies: para matarlos, hay que dispararles o golpearles en la cabeza. El cuidado maquillaje de los zombies impresiona ya que aunque en los últimos tiempos, podemos ver en la televisión grandes efectos, no deja de ser un elemento que haya que valorar. Sorprende que se hayan esmerado tanto en lograr unos zombies tan terroríficos y más teniendo en cuenta la cantidad de zombies que han aparecido en este primer capítulo. No sólo la niña zombie y al otro al que le falta medio cuerpo, sino también los numerosos zombies de la escena final.

Pero el primer capítulo no sólo se centra en la parte de los zombies, sino que también nos muestra las reacciones de aquellos que sobreviven a un ataque. El primer capítulo se centra en el protagonista interpretado por Andrew Lincoln (visto en la fantástica Love Actually), que recrea el clásico líder carismático con problemas para hacer frente a sus emociones. Como es obvio, el modo en que actúa como un líder le convierte en una persona en quien los demás pueden confiar sus vidas. Su interpretación resulta creíble en todo momento. Se puede sentir desde su desconcierto al despertar en el hospital hasta su desesperación y angustia al ver en el mundo en que se ha despertado. Pero no es al único al que le vemos una interesante reacción. Morgan intenta proteger a su hijo de todo el desastre que hay a su alrededor manteniendo las costumbres. Sin embargo, él tiene un dilema mayor. Aunque lo intenta, es incapaz de matarla porque no puede dejar de ver a su mujer y no a un zombie por lo cual no puede avanzar emocionalmente.

Aunque me recuerda mucho a  28 días después y Jericho, The Walking Dead me ha gustado mucho. Es convincente y llena de promesas para convertirse en una gran serie. Sin embargo, me preocupa esa publicidad que nos intenta convencer de que no es una serie de zombies en la que el miedo sea su principal característica, sino un relato sobre la soledad y la supervivencia humana, ya que con ello puede alejar a los amantes del género de terror o post-apocalíptico, entre los que me encuentro. Aunque sea complicado, quiero pasar angustia, quiero algún susto. Si ello está acompañado por una buena historia de personajes mejor aún; pero me preocupa que tanta publicidad me haga tener unas expectativas y luego sean otras las sensaciones, porque no olvidemos que otra de las batallas que tendrá que luchar esta serie es el increíble hype que se ha creado en los últimos meses. Con el primer capítulo ha conseguido ganarme, veremos si el resto también. Pero seamos cautos y no adelantemos acontecimientos.