lunes, 10 de enero de 2011

Un hospital armado de sentimientos

(OjO: Spoilers del 7x11 de Anatomía de Grey)
Si hay una serie que se repite en la categoría de “serie que debería acabar ya” en los memes suele ser Anatomía de Grey. Yo soy la primera que lo piensa. Sin embargo, mis dudas empiezan a aflorar y más si vemos capítulos tan buenos como el de la vuelta de las vacaciones.  Por todos es conocido que la sexta temporada fue un bluff en consideraciones grandes (a excepción del final que fue lo que salvó los muebles), pero esta séptima temporada la estoy disfrutando como hace un año jamás pensé en hacerlo. Que conste que no me parece la mejor de Grey’s Anatomy, pero sí me parece muy buena. Quizás también hay que reconocer que ya no sé si adorar u odiar a Shonda que es capaz de darnos lo mejor y lo peor de nuestros médicos favoritos. ¿Porque a quién se le ocurriría volver a traer un tiroteo a la serie siendo que el anterior está tan reciente? Pues sí, a Shonda.

Y es que la vuelta de Grey y compañía tiene como protagonista un tiroteo, algo tan habitual en EEUU y en la serie al paso que vamos. Aunque ellos no son las víctimas directas, es indudable que este hecho les iba a pasar factura. El inicio del capítulo no podía presagiar tan abominable acontecimiento. Todo era feliz para Mexie (Mark y Lexie) y Crowen (Cristina y Owen) que disfrutan del amor a diferencia de Merder (Meredith y Dereck) Merder que siguen frustrados por no estar embarazados y Callari (Callie y Arizona) que siguen con su ruptura.


Cada uno se va a sus quehaceres: al hospital o a pasear en el caso de Cristina que a pesar de llevar muchos años en Seattle, no sabe dónde están los monumentos a visitar. Y es ahí cuando tres ambulancias pasan a su lado lo cual algo malo hace presagiar. Efectivamente. Se había producido un tiroteo en una escuela y Cristina se acerca y algo en sus entrañas se mueve. Para sorpresa de todos cuando llega la ambulancia al hospital quien le ha practicado esa cirugía es nuestra querida Yang, que diciendo que está bien vuelve a entrar en quirófano. Luego descubrirá que el paciente es el tiroteador y decidirá fácilmente quedarse con Teddy a operarlo ante la espantada del resto de médicos y de enfermeras. ¡Qué bien que volvió y además de esta forma! Pero, ¿será algo definitivo? Ojalá!!!


A todos les afecta este hecho ya que recuerdan lo acontecido hace apenas seis meses; sin embargo se reponen y se centran en el trabajo consiguiendo que no haya ni una sola baja (¡un 100% de éxito!). Pero ello no significa que no provoque consecuencias. La que más lo sufre es Meredith que sale cada dos por tres a la sala de espera a informar a la mujer del paciente de Derek porque ante las increpencias de su marido por post-it reconoce que ella era “la esposa en la sala de espera” que llegó a entrar en quirófano y ofrecer su vida a cambio de la de Derek y que aún le duele. Ello hace constatar que la entereza de Meredith durante los diez primeros capítulos no era tan fuerte como parecía suponer. Además Meredith tiene celos de que el cirujano consiga lo que ella no ha podido: ayudar a su mejor amiga a volver al su profesión. Aunque al final, parece que la amistad entre las dos doctoras sigue adelante ya que se van a tomar unas copas juntas.


También el tiroteo repercute en la relación de Arizona y Callie. Como ya sabíamos Callie vuelve de África para recuperar a su pareja, pero mi personaje favorito no se lo va a poner tan fácil. En un principio, Arizona cree que va todo bien, porque Callie le ha ayudado en su enfrentamiento con el Dr. Stark (Peter MacNicol, es decir, ¡Bizcochito!). Pero nada más lejos de la verdad ya que Callie no la quiere cerca. Sin embargo, Richard acepta contratarla tras reconocerle que no lo hizo en un primer momento por orgullo. Esta trama traerá muchos quebraderos de cabeza y más si los rumores son ciertos OjO Spoiler *Callie está embarazada*

La última protagonista es Teddy, cuya trama me gusta mucho. Su intento de que el hospital diese probonos a las personas que no pueden costear sus tratamientos fracasó, pero al ver a Henry –Scoot Foley- se le ocurre una idea. Si se casan, él podrá aprovecharse de su seguro médico. Estoy convencida de que si hubiese sido otro, no lo habría hecho, pero las chispas saltan con este chico. Y finalmente se casan en una boda que ni Speedy González con Owen de testigo. Al final del capítulo, ella no tiene mucho ánimo para celebrarlo, pero al final Henry consigue sacarle una sonrisa. Aquí hay tomate, como es obvio.

En definitiva, una muy vuelta de los médicos de Seattle Grace, con muchas escenas para comentar como las que hemos mencionado o la que están viendo todos la operación y que al principio lloran y luego se empiezan a reír a carcajadas. Seguramente no es el mejor episodio, ni como hemos dicho la mejor temporada, pero sí, estoy disfrutando mucho y eso se nota en que empiezo a tener dudas de si quiero que acabe la serie ya que quiero saber que sorpresas tiene preparadas Shonda a nuestros médicos.

2 comentarios:

María_MC dijo...

A mí me encantó el capítulo. Y el speecho de Meredith a Derek en pleno quirófano...plas, plas, plas, plas. Los pelos de punta.

¿Se ha confirmado el spoiler? ¿Tengo razón en mis suposiciones del otro día? Es para saber si la envía mi currículum a Shonda, Creo que sólo a ella se le va la pinza más que a mí elucubrando rocambolescas teorías.

Menos mal que Christina empieza a espabilar.

Saludiños

Unknown dijo...

Todos esperaban que Cristina volviera a ser quien era antes del tiroteo y esto implicaba una cosa: que se volviera nuevamente cerebral, calculadora y fría y, sobre todo, cirujana antes que nada. Pues bien, eso fue lo que pasó. Y es tan coherente. Pienso que ella se sube a la ambulancia no por sus sentimientos, sino porque sabe salvar vidas, es lo que hace, para lo que fue entrenada, y no le quedó más remedio porque nadie más allí sabía hacerlo. Por eso también lo opera cuando ya sabe que el paciente es en realidad el tiroteador: porque ella es una médico ante todo, más allá de lo que sienta. Esto fue brillante. Bravo.

El episodio estuvo muy bien, excepto por momentos de muy mal gusto marca de la casa como todos riéndose en el quirófano.

PD. Adoro la unión Teddy-Cristina. Puede ser esto muy, muy grande. Cristina en dúo siempre ha funcionado de maravilla y en éste no hay drama romántico por lo que espero en realidad seguir viéndolas juntas operando.

PD2. Qué festivo tu blog. :P