sábado, 27 de febrero de 2010

Seattle Grace vuelve a ser un hospital de éxito (de momento)

Ya comenté en otro momento que cuando una serie se alarga, en la mayoría de ocasiones con tramas insulsas, trae consigo muchos abandonos en sus fieles seguidores. Sin embargo, otras veces aguantas sin saber muy bien el motivo. Esto es lo que me ha ocurrido a mí con Anatomía de Grey. Tras tres primeras temporadas fantásticas, la cuarta y la quinta se dirigieron hacia un laberinto del cual era díficil salir. Tras el dramático final de la quinta - mira que le gusta a Shonda finalizar las temporadas haciendo sufrir a sus personajes-, me lancé a ver la sexta por simple curiosidad, aunque sin esperar nada bueno. Y así fue: el resultado fue desastroso. Es más, le suspendí la primera parte de esta temporada e, incluso, dije que el esfuerzo tendría que ser grande si quería que le aprobase al final del curso. Como rectificar es de sabios, aquí va esta entrada ya que al igual que criticamos los bajones, hay que reconocer los méritos. Si bien tengo que matizar que no ha llegado a alcanzar el nivel tan bueno de los inicios de la serie, ha sabido remontar el vuelo tras las vacaciones navideñas lo suficiente como para que se merezca un mini premio en forma de chocolatina ;P

(OjO: a partir de aquí spoilers de los capítulos 6x11 a 15 de Anatomía de Grey)
Cuando se acabó el parón, analicé si era bueno o no continuar con la serie. Venciendo toda la pereza del mundo y todos los argumentos en contra, ví el regreso y ya noté ciertos cambios que me gustaban. Los últimos cuatro capítulos nos han devuelto algo de la esencia de Anatomía de Grey porque si algo nos gusta en esta serie son los líos de  batas blancas.

1) No todo podía ser de color de rosa y hacía tiempo que no veíamos una ruptura en condiciones. Aunque me dio mucha pena porque era una pareja que me gustaba, Mark y Lexie rompen y no por lo que podría parecer conociendo al bello doctor (por una infidelidad), sino porque ha madurado y quiere formar una familia feliz y es que Lexie se ve muy joven para ejercer de abuela. ¿Cómo se supera una ruptura? Pues líandote con un amigo (Mark- Addison / Lexie - Álex). Mientras que Lexie le perdona este hecho, para Mark es todo una ofensa que Lexie, en vez de estar llorando por las esquinas, se acueste con Alex. Pero no es el único cambio que efectúa Lexie. No, no, no. Vida nueva, look nuevo así que se pone de rubia y consigue que todos los hombres se pongan a babear. Mark, pensando que es otra, se dirige decidido a coquetear con ella hasta que descubre que es su adorable Lexie. Avery coquetea descaradamente y le consigue su nuevo apodo: Trauma Room Barbie, jajaja, además que le da el empujón perfecto para que Sloan la tomé en serio ante un caso - por cierto como me gusta este nuevo chico-. Sin embargo, quien se vuelve a llevar el gato al agua es otra vez Álex. Pero sospecho que aquí no acabará la cosa aquí ya que tras el abandono de Sloan Jr, Mark volverá a las andadas puesto que su madurez demostrada en querer adoptar a su nieto será un simple espejismo. Así ya tenemos un triángulo -cuadrílatero amoroso-sexual en ciernes. ¡Bien!

2) Y los líos siguen tomando la fórmula de triángulo: Cristina - Owen - Teddy. He de advertir que la pareja formada por la médico más ambiciosa y por el pelirrojo no me termina de convencer. ¿Por qué? Porque creo que Cristina no está echa para el amor o al menos no el convencional puesto que cuando ha estado enamorada pierde su esencia: esa mala leche que demuestra al querer operar y aprender técnicas cada vez más díficiles. Es más, esto mismo ya se lo dijo a Owen en la cocina toda echa un mar de lágrimas. Por eso quiero que vuelva la Cristina que conocemos, aquella que es capaz de pisar a sus amigos por logar un puesto en el quirofano. Por otro lado, le daría una oportunidad a Owen y a Teddy, ya que forman una pareja muy buena.

3) Pero no todo es sufrir, sino también hay cabida para el amor. Mientras que la pareja Derek- Meredith me cansa, me aburre, me hastía porque, lo siento, Meredith no la aguanto ni antes ni ahora, pero además  tanto amor, tanto dulce me empalaga. Eso de que Meredith deje una operación por ir a un desayuno en compañía de su "marido por post-it" ahora director del hospital me produjo una horrible sensación. Espero que después de este subidón de azúcar, vuelvan a pelearse. ¡Sí, tienen que sufrir! Muajaja. Porque su relación es así con constantes altibajos. Además no lo digo porque esté en contra del amor o sea una amargada. No, porque, en cambio, la pareja de Torres- Arizona me encanta. Esa preciosa relación tan bien llevada y sin estereotipos es de lo mejor que hay. Y, claro, al no tener problemas entre ellas, ¿qué pintan en la serie? Pues ser las mejores amigas de Mark y de Bailey. Mientras que Torres está ahí para ayudar a su amigo a superar la marcha de su hija - qué momento en el que están en la cama Torres, Arizona y Mark-; Arizona hace de cupido y le abre los ojos a Bailey con el nuevo anestesista - ¿dónde lo tenían escondido?-.

4) Si hay algo que en la serie no ha cambiado y que siga tan bien como el primer día y que me ha echo no abandonar la serie es la gran Bailey. He de decir que siento fascinación por este personaje. La frase de "me llaman la nazi y no por mis ojos azules" es grande. Ahí está poniendo a cada uno en sus sitio. Además, ahora tiene un nuevo aliciente. Tras su ruptura amorosa, parecía que nadie le iba a provocar mariposas en el estomágo. Pero ahí está el nuevo antestesista - de verdad, ¿dónde estaba este chico antes?- para empezar una nueva trama que puede ser muy interesante.


5) No obstante,hay algo que me indica que la mejoría no sea completa ya que la trama de Richard no me termina de convencer. Recae en el alcoholismo y Derek ve aquí la oportunidad idónea para hacerse con el puesto, a pesar de las reticencias de Meredith. En el último capítulo, Derek le propone trabajar a sus órdenes y no sé si me va a gustar verlo en ese papel. Esperaré un poco. Esperaba que la fusión de los hospitales hubiese dado lugar a otro tipo de tramas diferentes.

6) Por lo demás, los casos médicos siguen estando en un segundo lugar, lo cual me parece bien porque como decía antes en esta serie priman las relaciones entre los médicos así que poco de destacar en este apartado.

En conclusión, he disfrutado mucho de la vuelta de Anatomía de Grey. ¿Quién me lo iba a decir en Navidades que ahora estaría contenta? Empiezo a ver señales de cierta mejoría, aunque aún queda mucho para ver la gran serie que fue en su momento. Me han gustado mucho los cuatro capítulos en general, incluso el último, que apartandose un poco de lo que nos tiene acostumbrados, nos regala grandes momentos como ver a Bailey con trencitas y no tan segura o Joe - el camarero del bar de enfrente- con melena. Pero no me quiero confiar ya que no sería la primera vez que esta mejoría haya sido una simple ilusión óptica así que veremos el final a ver cómo acaba.


2 comentarios:

Yorch dijo...

Sólo me he leído el primer párrafo porque todavía voy por el 6x08.
Espero que cuando llegue me recupere a mí también!!

Un telespectador más dijo...

Tambien he leído solo el primer párrafo, porque la abandoné en el parón navideño...se me estaba haciendo insufrible...¿de verás merece la pena retomarla?

Saludos!